La parte baja del abdomen es amarilla. El cuerpo de este insecto se encuentra cubierto de pelos. Posee ojos compuestos de color rojo. Las moscas de género femenino son un poco más grandes que las masculinas y poseen un espacio mayor entre sus ojos. Como la mayor parte de las dípteras (que en latín significa “dos-alas”), las moscas caseras tienen sólo un par de alas; la parte trasera posee un par de pequeñas pesas que ayudan a la aerodinámica de volar.

Cada hembra puede dejar cerca de 8,000 huevos. Los huevos son blancos y de unos 1.2 mm de longitud. A lo largo de un día las larvas eclosionan de los huevos; viven y se alimentan por regla general de detritus orgánicos, tales como la basura o las heces. Tienen un color pálido y un tamaño de 3-9 mm de longitud. Son delgadas y con una boca al final, no poseen patas. Al final de esta metamorfosis, las larvas se convierten en pupas, coloreadas de rojo o marrón y de 8 mm de longitud. Las moscas que salen de la pupa pueden alcanzar períodos de vida de medio mes, pudiéndose prolongar este tiempo en el laboratorio.

Moscas y Humanos

En los climas calientes esta variedad de moscas conviven sólo con los humanos. Suelen tener una tendencia a agregarse y son muy poco sociables. A pesar de ello son capaces de acarrear cerca de 100 enfermedades patógenas, tales como las fiebres tifoideas, la cólera, la salmonella, la disentería de bacilos, la tuberculosis, el anthrax, y gusanos parásitos. Las moscas en las áreas de poco o nada de higiene son portadoras de enfermedades y patógenos diversos. Algunas variedades empiezan a ser inmunes a insecticidas.

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